Me había dejado un poco la barba. Y picaba y daba comezón. Tiempo había transcurrido y parecía que se estaba acumulando en mi cara. El hecho de que no tenia ni dinero ni disposición para ir por un paquetito de cartuchos era la principal razón de parecer a Tom Hanks. Casi de pinche naufrago.
La carta que había comenzado, la deje así. Digo, había pasado por un momento raro. Y en un momento de locura momentánea-existencial, decidí que lo mejor era quemarla. Me arrepentí pues tenia frases muy buenas como para tarjetas de felicitación, pero ya el fuego había hecho su trabajo. Ademas no tenia caso en parte el recordar ese trago amargo pues ya tenia en mi mente otro objetivo. Y no quería que las malas experiencias comenzarán a nublar a la masa gris de arriba.
Pase a fumarme un cigarrito al parque, fuente llena de inspiraciones y de muchas lindas chicas. No quería dármela de interesante pues eso se lo dejaba a los emo-cionalmente aburridos tipos que solian pasarla los viernes reunidos en una especie de congregaciónsilenciosaenformadecomunidaddelanillo. Tampoco me quería darlas (si, la apariencia) de metrosexual, todo lleno de fragancias que olían bonito. No... lo mio era oler como hombre. Y un poco de desodorante, de esos que duran 24 horas (a las 8 ya caducaban).
Y mientras estaba en el parque, llegue a la conclusión de que este "Viaje Mágico y Misterioso" había sido genial.
Un constante crecimiento. Momento en que la mente acepto cualquier invitación. No dejo nunca de ser excitante. No dejo de ser alegre. No dejo de ser simplemente.Porque cuando no buscaba, encontré. Porque ahora que tengo, no quiero dejar.Porque es la contrariedad de la transitoriedad. Porque el cambio que buscaba ya estaba desde hace rato.
Termine el cigarro y pase a comprar unos chiclets. Disimular el apestoso aroma a tabaco. Seguía teniendo en mente el capitulo anterior, pero... debía darle vuelta. Además, ya era tarde.
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