martes, marzo 10, 2009

The Star Club Tapes [2/2]

The Star Club tapes
La última noche de 1962

Segunda parte (Final)

Quién tuvo en su mano el micrófono de la grabadora aquella noche, es aún hoy, motivo de polémica. Mientras que la mayoría afirma que fue Ted Taylor, otro importante número de autores se inclinan por un tal Adrian Barber. La mitad de dichos autores dicen que el tal Barber era el guitarrista del grupo de Taylor, mientras que el resto lo menciona como el "manager de escenario" del Star Club. La verdad es que este señor fue, efectivamente, guitarrista (The Big Three, Cass & The Cassanovas); aunque no del grupo de Taylor. Sin embargo su mayor mérito era la construcción de amplificadores y equipos de sonido. Luego de unos años en Hamburgo fue nombrado stage manager del Star Club, gracias a haber construido un excelente sistema sonoro para el club. Cuenta la leyenda que era común que Barber grabara a los grupos que tocaban allí...

Lo que resulta extraño es que Adrian le haya regalado gentilmente la cinta de Los Beatles a Taylor, y que jamás volviera a reclamar derecho alguno sobre ella. Ni siquiera cuando el material fuera vendido por una fuerte suma en 1976. En el juicio de Apple contra Lingasong, Taylor se proclamó como la persona que había realizado la grabación; hecho que no fue discutido ni por Apple ni por ninguno de los cuatro Beatles. Mi teoría es que Taylor fue el que tuvo la idea de registrar la actuación del grupo, razón por la cual le entregó las cintas vírgenes a Barber y le encomendó la tarea. Terminado el trabajo, Ted tomó los carretes y los conservó en su poder. Ustedes se preguntarán por qué me detengo tanto tiempo en un detalle tan insignificante. La respuesta es que al escuchar la cinta "cruda" (casi sin ningún proceso de mejoramiento), me atrevo a afirmar cuatro cosas:
  1. Que el micrófono no estaba en la mano de nadie, puesto que en ningún momento existen cambios en el "foco" sonoro. Esto hubiese sido imposible de realizar sosteniendo tanto tiempo un micrófono direccional (en esa época los omnidireccionales y los cardioides eran raros y carísimos).
  2. Que no estaba apoyado ni en el piso del escenario, ni en una mesa o silla; ya que no oímos ningún golpe o vibración tomada en primer plano.
  3. Que la grabación no fue tomada desde un lugar en medio del público, porque al escucharla percibimos que los gritos y aplausos tienen un volumen bajo y algo distante.
  4. Finalmente, pareciera ser que el que realizó el registro conocía algo del tema, ya que son escasos los pasajes musicales con distorsión por saturación.
Concluyo entonces que fue Adrian Barber el encargado de disponer los elementos, y me inclino a pensar en un micrófono montado en trípode y situado centralmente al pie del escenario (en el espacio de casi tres metros que había entre éste y el comienzo de las mesas). Adentrémonos ahora en el aspecto puramente auditivo y musical del material.

Para ello dividiré la nota en secciones apelando a una mejor y más clara comprensión:

El mejoramiento sonoro. Un productor e ingeniero independiente, de nombre Larry Grossberg, fue contratado para la titánica tarea de convertir las cintas del Star Club en un producto comercialmente viable. El trabajo se llevó a cabo en el estudio Sound Ideas de Nueva York, y fue de tal complejidad que hasta hoy constituye un récord absoluto de horas-hombre y dinero invertidos en el procesamiento de material de audio. Las cintas fueron limpiadas de soplido y ecualizadas. Por aquel entonces no existían computadoras para aplicar NoNoise o Sonic Solution. Luego, usando filtros específicos para cada frecuencia, se lograron 16 tracks. Estos fueron remezclados tratando de obtener, hasta donde fuera posible, intensidades y planos sonoros similares para los instrumentos y las voces. Los multitracks también fueron aprovechados para "abrir" el escenario sonoro logrando (junto con algo de eco) un fake stereo que contribuye a ambientar el evento en un pequeño club. Una vez elegido el temario definitivo (dejando afuera segmentos insalvables), se reconstruyeron y/o se cortaron partes de diversos temas. Los diálogos y las reacciones del público se colocaron según el criterio de Grossberg, quien también alteró el orden primitivo de las canciones. Una nota detallada del trabajo realizado apareció en 1977 en una entrega de la revista High Fidelity bajo el título "Resurrecting The Beatles: Star Club to stereo". A pesar de denodados esfuerzos me fue imposible conseguir el ejemplar en cuestión (en caso de hacerlo, prometo volcar los datos en el futuro). Sintetizando, lo que se logró fue un producto digno y notablemente superior al contenido en las viejas cintas. Pero ¿cómo podemos llegar a esta conclusión si supuestamente no conocemos el material original? A continuación encontrarán la respuesta.

La cinta Mach Schau!. Puede ser que Taylor o Williams se quedaran con alguna copia del material original antes de venderlo. También pudo ser posible que hayan enviado una parte a uno de los tantos gerentes de sellos piratas con los que tuvieron tentativas comerciales.
Todo esto sin descartar la posibilidad (que considero la más acertada) de que un carrete se haya "escapado" de los estudios donde Grossberg estaba trabajando. Elijo esta última hipótesis porque el sonido general del material aparentaría tener cierto grado de procesamiento primario. El asunto es que cuarenta minutos del show de Los Beatles en el Star Club, completos y sin edits, comenzaron a circular dentro del mercado del coleccionismo. En un principio se lo hallaba solamente dentro del Trade Tapes Circuit, hasta que en 1985 el sello Savage lo editó en un vinilo de pésima calidad (SC12620) bajo el título "The Beatles Mach Shau" (sic).
Dos años después, 1987, su contenido fue copiado por un competidor que lo puso en venta (también en vinilo) como "The Beatles vs. The Third Reich" (VE DX-62). Increíblemente, jamás apareció en CD. La tremenda importancia de este documento radica principalmente en su "originalidad". Sin su existencia hubiera sido imposible arribar a varias conclusiones.
La primera de ellas, como ya se dijo, es destacar el trabajo de mejoramiento que Grossberg realizó un lustro antes de la "era digital". La segunda es sorprendernos con el escaso entusiasmo del público presente, en contraposición con el hecho de que el grupo interpretó varios temas de manera memorable.
La cinta Mach Schau! nos permite escuchar los intervalos y los diálogos tal cual fueron realizados, sumando a esto la posibilidad de descubrir algunos "edits" y/o versiones diferentes a las del doble LP oficial. El contenido está constituido por una presentación (diferente a la conocida) y doce temas: A taste of honey - Till there was you - Where have you been all my life? - Lend me your comb - Your feets too big - I'm talking about you - To know her is to love her - Everybody's trying to be my baby - Matchbox - Little Queenie - Nothin' shakin' (but the leaves on the trees) y Roll over Beethoven.
Mi opinión es que se trata de un carrete de cinta completo, y no de un show completo. Me fundamento en el hecho de que después del último tema el final es abrupto y no se oye despedida alguna.

Los edits. Como ya dijimos, Grossberg, en su trabajo de "reconstrucción" se vio obligado a ejecutar varios empalmes, repeticiones y cortes.
Ya que sólo una parte de los registros originales salieron a la luz, no se puede asegurar que la lista siguiente esté completa.
  1. I Saw Her Standing There: todo parece indicar que a la versión oficial se le quitó el solo de guitarra. Esta hipótesis se basa en que el grupo ejecutaba dicho solo sistemáticamente cuando interpretaba el tema. La cinta de ensayo del Cavern (datada entre octubre y principios de diciembre de 1962) lo demuestra. Para completar, la aparición de otra performance de la canción (también grabada en el Star Club) conteniendo el mencionado segmento de guitarra, refuerza más aún esta teoría.
  2. I'm Gonna Sit Right Down And Cry Over You: desde el minuto y cuarenta y tres segundos hasta los 2' 21" se repite la parte que va desde los 0' 46" hasta el nombrado 1' 43". Si quitamos esta repetición, el tema queda tal cual Los Beatles lo interpretaron en la BBC, a excepción del acorde final (que también parece un edit).
  3. Twist And Shout: la sección que va desde el minuto y diez segundos hasta 1' 59" es idéntica a la comprendida entre los 0' 26" hasta 1' 10". Sin esta adición, la versión sería igual a la que el grupo solía tocar en vivo en 1964-65. La pregunta es si ya por aquella época usaban ejecutarla en la variante "corta", o si parte de la grabación original del Star Club fue desechada (por alguna razón) motivando este empalme.
  4. Ask Me Why: lo que escuchamos desde los 24 segundos hasta 1' 17" vuelve a aparecer entre 1' 33" y 2' 09".
  5. A Taste Of Honey: en el LP oficial este track es la resultante de la edición de dos tomas diferentes. El canturreo de Paul al comenzar la canción (Bababababababababón) y la última estrofa (1' 26" en adelante) pertenecen a la performance que oímos en la cinta Mach Schau!. Todo el resto es de otra grabación que, lamentablemente, no poseemos completa.
  6. Till There Was You: evidentemente se trata de la misma toma contenida en la cinta Mach Schau! a la que se le quitó la parte que va desde los 36" hasta el comienzo del solo, colocándole en su lugar un duplicado de las últimas estrofas (que encontramos desde 1' 18" hasta el final). Sin embargo, lo singular e inexplicable es que a partir de los nombrados 36" la calidad sonora se degrada notablemente, apareciendo en primer plano el acompañamiento de una inverosímil maraca (¡¡?!!). Dicho instrumento no existe en el registro de este tema contenido en la cinta Mach Schau!, de donde Grossberg sacó la fuente para la versión oficial.
  7. Where Have You Been All My Life?: es la versión de Mach Schau! con la introducción y la segunda estrofa cercenada. El solo de guitarra fue alargado empalmándolo dos veces. La resultante, aunque parezca ambiguo decirlo, es superior al registro original. A los temas ya mencionados vamos a sumarles otros. Aunque no podamos comprobar empíricamente los edits que detallaremos a continuación, sepan que los datos salieron de la boca del mismo Larry Grossberg. El hecho de que algunos autores lo citen, me hace sospechar que dichas declaraciones figuran en la nombrada nota de la revista High Fidelity.
  8. I Remember You: la grabación tenía el tema comenzado. A falta de un principio, Grossberg reestructuró los versos y los coros para darle una introducción creíble.
  9. Nothin' Shakin' But The Leaves On The Trees: con un caso similar al anterior, el registro original empezaba en el medio del tema (a partir del solo instrumental). El habilidoso Larry adicionó ruido ambiente, gritos del público y algunos acordes previos para simular que Los Beatles irrumpen violentamente en la interpretación de esta canción. Una duración inferior al minuto y cuarenta segundos demuestra que la performance que oímos es sólo un fragmento. En la cinta Mach Schau! la longitud del tema es idéntica y el comienzo abrupto se hace más notorio.
Las "versiones alternativas". Aunque este título no sea del todo correcto, resulta apropiado para denominar a aquellos temas, grabados en el Star Club, de los cuales han salido a la luz diferentes interpretaciones. Efectivamente, existen dos versiones de:
  1. I Saw Her Standing There: lo más notorio para reconocer la variante oficial es que, como se dijo, no posee el solo de guitarra. La grabación alternativa sí lo tiene, además de otras diferencias que indican que se trata de una performance diferente.La calidad de sonido de esta última es sensiblemente inferior a la oficial. Después de circular casi 10 años dentro del Trade Tape Circuit, es editada en un vinilo que la fanzine Belmo Beatleg News distribuyó entre sus suscriptores a fines de 1989. En 1992 se la incluye en el single que acompañaba al libro alemán "Mach Schau! Die Beatles in Hamburg", a mediados de ese año aparece por primera vez en CD en "The Quarrymen at home (revised version)" del sello Chapter One (CO25190).
  2. A Taste Of Honey: como lo editado oficialmente es un edit de dos versiones, es obvio inferir que la toma contenida en la cinta Mach Schau! es la única que poseemos completa. Allí el tema tiene una estrofa más (?) que cualquier otra variante que haya quedado grabada por el grupo. Me gustaría saber si se trató de una improvisación, o si ésta existe en la versión original en la cual Los Beatles basaron su arreglo (Lenny Welch, 1962).
  3. I'm Talking About You: las diferencias que existen entre el track oficial y el de la cinta Mach Schau! son notorias. La elegida para el disco es indudablemente la mejor.
  4. Roll Over Beethoven: tomada en conjunto, la performance contenida en la cinta "cruda" (con un pésimo solo de George) es muy inferior a la lograda por Grossberg para el LP doble.
El "otro" beatle. Horst Fascher era un ex boxeador que había tenido la mala fortuna de matar accidentalmente a un contrincante. Este hecho le valió una temporada en la cárcel. Cuando salió en libertad fue empleado como "gorila" de seguridad por varios clubes de Hamburgo (el Kaiserkeller, el Top Ten y el Star Club). Su amistad con Los Beatles fue lo suficientemente estrecha como para que el grupo lo invitara a cantar algunos temas durante los shows. Una impresionante foto tomada por el fotógrafo Gerd "Germin" Mingram en el Top Ten, documenta el momento en que Horst realiza una de sus "performances". Sumada a esta prueba gráfica, también contamos con dos (o tres) registros sonoros que lo corroboran.
Mr. Fascher es la voz líder en los temas Be Bop A Lula y Hallelujah I Love Her So. Agreguemos que para más de un autor, también forma parte de la banda en la versión alternativa de I Saw Her Standing There que detallamos anteriormente. Una curiosidad sobre Be Bop A Lula es que en el primer solo de guitarra, George se limita a recrear el original del single "hit" de Gene Vincent; sin embargo, en el segundo break ejecuta (nota a nota) el solo del tema cara B de dicho single (Woman Love). Dada la similitud de ambas canciones, este truco pasa desapercibido.

El tema apócrifo. En más de una edición del vinilo oficial, e inclusive en el vol. 1 del CD de Sony (AK 48544) se incluyó el tema Hully Gully. Es por demás evidente que los que interpretan dicha canción no son Los Beatles. Es posible que se trate del grupo de Taylor, y que dicho registro estuviera mezclado con el resto del material. Existe la teoría (que no comparto en absoluto) de que, si bien no son los que cantan, Los Beatles hayan sido los ejecutantes de la música. Lo cierto es que en posteriores ediciones, este track fue excluido del temario del Star Club.

Dos hallazgos y un misterio. Tiempo después de que la cinta Mach Schau! y la "totalidad" del material procesado por Grossberg llegaran al coleccionista (ya sea de manera oficial o a través de sellos piratas) un par de registros emergieron del Trade Tape Circuit. Uno fue la variante de I Saw Her Standing There detallada en el punto d-1 de esta nota. El otro era Red Hot, un tema de Emerson grabado por Ronnie Hawkins en 1959. El grupo comenzó a incluirlo en su repertorio en 1961. Sólo un fragmento de escasos 20" y pésimo sonido llegó a manos del coleccionismo general. Por primera vez en el vinilo When it says Beatles (Melvin MM04, 1978) y en el CD The Quarrymen at home (revised version) del sello Chapter One. Indudablemante se trata de Los Beatles y, aunque resulte imposible afirmarlo categóricamente, la mayoría coincide en situar la grabación en el Star Club y en diciembre de 1962 (me incluyo). También se dice que de esta fecha y de dicho club, existiría una legendaria toma de Love Me Do...
En mano de unos pocos y celosos coleccionistas (según cuenta la leyenda), este registro tiene pocas posibilidades de ser editado legal o ilegalmente.
Más allá de que la grabación exista o no, mi opinión es que indudablemente Love Me Do formaba parte del repertorio en todos los shows del grupo. Siendo la cara A de su primer single, editado apenas un par de meses atrás, resulta impensable que lo dejaran afuera del espectáculo.

La filmación. El insistente rumor sobre la existencia de una filmación de Los Beatles actuando en el Star Club fue tomando cuerpo a través de los años. A mediados de 1995 la suposición casi se había convertido en certeza para algunos medios especializados, llegándose al punto de asegurar su inclusión en los videos de "Anthology". El propio Neil Aspinall tuvo que salir al cruce afirmando que Apple no posee dicha filmación y, que a saber por los numerosos contactos realizados, la empresa tiene por seguro que este material jamás existió.

¿Qué nos falta? Siempre se dijo que la cinta Mach Schau! era uno de los tres carretes del lote original. Si dicha cinta contiene 12 temas, una simple multiplicación indicaría que el número total de canciones grabadas sería cercano a las 36. Sumando a los 30 tracks "oficiales" las 5 versiones alternativas, llegamos a 35. Con Red Hot completamos 36 temas, sin contar la mítica Love Me Do. Por lo tanto, opino que prácticamente nada de lo grabado en el Star Club ha quedado en el tintero...

Llegando al final de la nota, me siento en la obligación de reivindicar el material de Hamburgo. Para algunos lectores puede resultar redundante y obvio. Sin embargo, para una inmensa mayoría, lo del Star Club es una basura inescuchable, un CD (o vinilo) que duerme el sueño del olvido.

-¿Sabés que pasa, loco?, se escucha re-mal...
Es verdad que no se escucha bien. La grabación de las palabras de Neill Amstrong al pisar la Luna tampoco. Menos aún el primer registro magnetofónico de Edison. Para ser justos, digamos que el material del Star Club es uno de los registros históricos mejor conservados y procesados desde que la música tuvo la posibilidad de ser grabada. Es el instrumento más valedero para poder contestar un interrogante eterno: ¿qué tenían esos cuatro muchachos de especial o diferente para ser lo que fueron?

Algunas interpretaciones de esta cinta resultan ser la respuesta del millón. Prueben colocar el vinilo en la bandeja giradiscos o inserten el recomendable CD "1962 Live Recordings" (Baktabak CTAB 5001) en el CD player. Pónganse sus audifonos y elijan el mejor sillón. Vuelvan a imaginar que están en el número 39 de la Große Freiheit, en la Reeperbahn de St. Pauli, en el sórdido Hamburgo de principios de los '60. En el fondo de un club, sobre un precario escenario de madera, cuatro muchachos tocan y cantan.
Cantan y sueñan.
Sueñan y transpiran...

Muchos serán capaces de imaginar una escena tan sencilla. Pero quizás unos pocos podrán entender el por qué de un fenómeno tan complejo y gigantesco, del cual seguimos hablando cuando ya casi han pasado 33 años desde aquella última noche del año 1962.

Nota publicada en All Together NOW Nros. 8 y 9 (Junio y Agosto de 1996 )
Copyright ©1996 to Sergio A. Ferro
All The Rights Reserved ®All Together NOW
Muy buena historia acerca de una de las grabaciones más importantes de la historia.

The Star Club Tapes [1/2]

The Star Club tapes
La última noche de 1962

Introducción

Seguramente, la noche anterior, escuchó una VOZ que le decía en sueños que debía hacerlo... Y lo hizo.

Ted Taylor tomó su grabador Grundig y grabó a Los Beatles aquel último día del año 1962, cuando realizaban el último recital de su quinto y último viaje a la Reeperbahn de Hamburgo. Mientras pasaban por la cabeza grabadora a una velocidad de tres pulgadas y un tercio por segundo, miles de partículas metálicas se reacomodaban dejando plasmado para la posteridad el show de Los Beatles en el Star Club.

Fue el lunes 31 de diciembre de 1962. Taylor nunca habrá tenido muy claro por qué lo hizo, ni tampoco por qué jamás borró ese registro de bajísima calidad. Quizás la Voz que le habló en sueños aquella noche signó la supervivencia de ese carrete de cinta por los siglos de los siglos... (Amén). Las vicisitudes sufridas por la histórica grabación son tan sorprendentes como el hecho mismo de su existencia. Por lo tanto, las notas sobre este tema serán dos. La primera (incluida en este número) tratará sobre la apasionante historia que se tejió alrededor de la cinta a lo largo de casi dos décadas. La segunda nota (que saldrá en ATN Nro. 9), se concentrará en el aspecto netamente musical del material.

Preparémonos.

Imaginemos que estamos en el número 39 de la Große Freiheit, en la Reeperbahn de St. Pauli, en el Hamburgo de la Alemania de 1962. En el fondo de un club, sobre un precario escenario de madera, cuatro muchachos tocan y cantan.
Cantan y sueñan.
Sueñan y transpiran.
¿Quién no sería capaz de imaginar una escena tan sencilla?...


Primera Parte

Ted Taylor, aprendiz de carnicero y virtual líder del grupo Kingsize Taylor & The Dominoes, grabó a Los Beatles en el Star Club utilizando un solo micrófono y a muy baja velocidad de cinta. El resultado, en cuanto a calidad sonora, fue pésimo. Ya de vuelta en Liverpool, a principios de 1963, Taylor quiso venderle la cinta a Brian Epstein. Siendo manager de un grupo que recién comenzaba a escalar los charts, bastó una pasada de la cinta para que Brian tomara una decisión. Me imagino al impecable Eppy preguntándose por qué diablos ese carnicero pretendía negociar con esa basura. Brian le ofreció (supongo que por lástima) veinte libras... El carnicero, ofendido, se retiró con su cinta y la guardó en el aparador de su cocina. Hasta aquí todo es medianamente coherente, salvo, quizás, el hecho de que Taylor pretendiera un buen precio por el registro a principios de 1963 (!). Tendrían que pasar 10 años para que la historia se volviera truculenta y confusa.

Esto nos sitúa en el 13 de julio de 1973. Ese día, a través de un cable de UPI titulado "Carnicero podría tener una fortuna en una cinta de Los Beatles", el mundo toma conocimiento por primera vez de la existencia de dicho material. Allí Taylor dice que estaba pensando en el revival del Rock & Roll que tenía lugar en ese momento, cuando repentinamente recordó [sic] la cinta que estaba guardada en el aparador de su cocina. Tan tierna y cándida historia duró dos años... Porque en 1975 hizo su entrada el nada tierno ni cándido Allan Williams, relatando como ÉL descubrió la cinta.

Según Allan, después de ofrecérsela a Brian, Ted Taylor le había dado la cinta a un ingeniero de sonido de Liverpool apenas la trajo de Hamburgo (fines de enero de 1963). En 1972 "por casualidad" [sic] Williams conoció a dicho ingeniero, el cual le contó sobre la cinta, manifestándole que debería estar en su viejo estudio, desocupado desde hacía varios años. A raíz de la noticia, el ingeniero, Allan y Ted Taylor se reunieron una tarde de 1975 para tomar unas copas. Luego se dirigieron al abandonado estudio. Por supuesto, después de revolver un poco, encontraron la cinta... Ahora bien, contestemos a estas preguntas:
  1. ¿Qué hacía Ted Taylor entregándole el material a un ingeniero de sonido para que lo mejorara en enero de 1963?.
  2. ¿Qué hacía el pavote del ingeniero dejando tirado dicho material 12 años en un estudio abandonado?
  3. ¿Qué hacía Taylor dejándole la cinta al ingeniero pavote, cuando 2 años antes había reconocido ante la prensa su existencia y su valor potencial? ¿Acaso no había declarado que la tenía en el aparador de su cocina?.
  4. ¡¡¿Qué hacía Allan Williams en medio de todo esto?!!. La respuesta es una: al carnicero le faltaba "muñeca" para comercializar la cinta, atributo que le sobraba al zorro de Williams.
Por cierto, a partir de allí, Allan y Ted fueron socios para encarar el emprendimiento. Ambos se contactaron con Apple con el objetivo de que ésta comprara la mercancía. Ofrecieron el siguiente "arreglo": algo más de 10.000.- libras de anticipo y un porcentaje sobre las ventas. Sin embargo, los socios sabían que era necesario el consentimiento de los cuatro Beatles para empezar a hablar de negocios. Ni corto ni perezoso, Williams logró reunirse con George y con Ringo. Esto ocurrió cuando Allan estaba finalizando su libro The Man Who Gave The Beatles Away (El hombre que "regaló" a Los Beatles), razón por la cual dicho encuentro está relatado en el último capítulo de ese libro. Resumiendo, ambos Beatles dijeron NO a la compra y/o edición de la cinta del Star Club...

Sumado a esto, Apple estaba terriblemente ocupada con su juicio contra EMI como para estudiar las propuestas de tan pintorescos socios. La desesperación y el desconsuelo de Williams y Taylor eran infinitos... Realizaron contactos con sellos piratas de Holanda e Italia, sin resultados.

Finalmente, en marzo de 1976, terminaron vendiendo la cinta a Paul Murphy, director de BUK Records en Inglaterra, por una suma que nunca salió a la luz. Inmediatamente se formó un nuevo sello para este proyecto: Lingasong Limited. Murphy renovó los esfuerzos para negociar con Apple, pero nuevamente fracasó. Entonces apeló al terrorismo... Declaró a los medios que, ya que no podía editarla, cortaría la cinta en trozos de una pulgada y los vendería dentro de llaveros de acrílico (!).

Increíblemente, los primeros "aterrorizados" fueron... ¡Williams y Taylor!. Alegando que aún tenían ciertos derechos sobre el material, pidieron (y obtuvieron) un recurso de amparo para evitar su destrucción. A fines de 1976, Murphy vendió los derechos de distribución mundial a la Double H Licensing Corporation en Nueva York. Ahora, con la inminente posibilidad de que el material se editara, EMI y Apple pusieron en tela de juicio el hecho de quién era el "poseedor legal" de las cintas. El tema de la fecha en que éstas fueron grabadas, pasó a ser el ojo del huracán. Williams afirmaba que Taylor había tomado a los Beatles entre la Navidad de 1961 y el primero de enero de 1962, cuando el grupo estaba bajo contrato con la Deusche Grammophone (Polydor). Para asegurar la legalidad de la posesión, Double H Licensing anunció que le había comprado a Polydor dicho contrato (?). Esto era una flagrante mentira, ya que dicho contrato había expirado a mediados de 1962, pasando todos los derechos de las grabaciones al sello alemán (quien jamás se los vendió a nadie).

Pero esto no resultó ser lo más grave, cuando Williams dio esas fechas olvidó un pequeño detalle: el Star Club abrió sus puertas ¡recién a mediados de enero de 1962!. Rápidamente y sin ruborizarse, Allan cambió la historia: la grabación se había realizado en abril de 1962, una noche en la que, por casualidad [sic], Ringo Starr había sustituido a Peter Best en la batería. Aunque parezca increíble, esta imbecilidad apareció impresa en varias contratapas de varias ediciones del material de Hamburgo.

Esta nueva jugarreta de Williams no era gratuita. Dicha fecha era previa a la firma del contrato de Los Beatles con EMI (4 de junio de 1962). Dicho sello, junto con Apple, sostenían (correctamente) que la grabación había tenido lugar entre la Navidad de 1962 y el primero de enero de 1963, por lo tanto Parlophone era el que poseía los derechos sobre el material. Dos pruebas contundentes sostienen este argumento:
  1. Se lo escucha a McCartney leer un mensaje del público donde dice "very best wishes and seasonal greetings" (los mejores deseos y felices fiestas), para luego pedirle que interpreten "A Taste Of Honey". En otro momento John bromea diciendo un versito que comienza con "Christmas comes..." (llega la Navidad...).
  2. Una de las canciones de la cinta es "Sheila", un cover del hit de Tommy Roe.
Tommy editó dicho single en mayo de 1962. Lo cierto es que, cansados de discutir, Los Beatles y Apple le enviaron a Murphy y a sus socios un telegrama. Este se despachó y fue recibido el primero de abril de 1977, y le daba a Lingasong hasta las 15:30 de ese día para llegar a un acuerdo con Apple o ésta formularía una demanda. Obviamente ningún acuerdo fue llevado a cabo, y la empresa de Los Beatles inició las acciones legales.

EMI apoyó la moción para que no se le arruinara el negocio de su inminente LP "Live at the Hollywood Bowl". La decisión de la Corte, contenida en el expediente [1977] FSR 345, comienza con la siguiente introducción: "En 1961 o 1962 el grupo de cuatro músicos conocidos como Los Beatles interpretaron un número de canciones en el Star Club de Hamburgo. Una grabación en cinta de este show fue hecha por el Sr. E. W. Taylor. Uno de Los Beatles, en presencia de los otros, le dio al Sr. Taylor un permiso oral para realizar la grabación, pero ningún consentimiento escrito fue realizado jamás." Luego, a lo largo de numerosas fojas, describe que Brian Epstein y luego Los Beatles habían tenido numerosas oportunidades de adquirir el material y, a pesar de ello, se habían negado sistemáticamente a hacerlo demostrando una falta absoluta de interés por el mismo. Recién se acordaron del tema cuando la posible edición de la cinta podría llegar a competir con su próximo LP oficial (Live at The Hollywood Bowl). Resultado: Los Beatles y Apple perdieron. Inmediatamente apelaron el fallo, y volvieron a perder.

La primera semana de abril de 1977 "The Beatles Live! at The Star Club" apareció, con sus lustrosas tapas negras, en las bateas de las disquerías. La Persona que le había hablado en sueños a Ted Taylor, aquella noche del 30 de diciembre de 1962, sonreía satisfecha en el cielo...