viernes, junio 15, 2007

Un día en la vida... del profesor

Hace algunos años, cuando descubrí por necesidad beatlemana el internet, conocí a mucha gente que ya no esta conmigo. No digo que haya muerto sino que simplemente ha desaparecido de mi. Es algo triste pero suele suceder en internet. Un rato haces amistad con alguien y al poco rato te olvidas (o te olvidan) de ella/o.

El siguiente es un relato de una amiga que me envío ya hace unos años. No la volvi a ver. Razón cuál no se y bueno, gente viene, gente va Muy buena historia. GOT TO GET YOU INTO MY LIFE.

UN DIA EN LA VIDA... DEL PROFESOR

A punto de ser fin de semana, esperaba en el salón de la escuela a que acabara mi última clase del viernes. El profesor hablaba de Egipto pero esta vez estaba tan aburrida que me puse a dibujar monitos y garabatos en la esquina del cuaderno. Levanté la cabeza como si me hubieran puesto un resorte cuando el profesor, de la nada, empezó a hablar de los Beatles. No tengo ni la menor idea de cómo le salió el tema, si estaba hablando de momias y camellos paseadores.

¡Benditos sean! fue lo primero que mi cabeza pensó. El profesor hablaba y hablaba. Nos contaba cuando era joven, que era “hippie”, cuando su papá lo regañaba por usar cabello largo y las historias que su abuelo le contaba sobre la Revolución.

¿Cabello largo?, pensé. Este señor que esta parado frente a mi, de traje, corbata y además pelón. Vaya, no me lo imagino hace treinta años.

Dejé que continuara la historia, sin que mi cabeza interrumpiera de nuevo. Yo era fiel seguidor y admirador de Los Beatles -decía-. Me dejaba el cabello como Lennon, trataba de imitar la voz. Mi primo Raúl tenía una guitarra que jamás usaba y que yo necesitaba. Cuando me la prestaba intentaba tocar con la izquierda…como Paul. ¡¡QUERIA SER COMO ELLOS!!

Era tanta mi pasión que dejaba de hacer muchas cosas. Prefería quedarme a escuchar "Anna" que salir a jugar fútbol. Y es que esa canción me llegaba porque la muchacha que me gustaba, y que ahora es mi esposa, se llamaba así y con la guitarra de Raúl la quería enamorar. Practicaba todo el día intentando imitar los acordes pero tocaba solo el principio y lo demás no me salía, me ponía muy nervioso.

Fumaba a escondidas para “calmar los nervios” y haber si así me salía la canción. Hasta que mi papá me “cachó”. Y ahí empezó el disgusto (temporal) de mi papá por los Beatles. ¿Es por culpa de esos ingleses greñudos, verdad?- me gritó.

Gracias a esos locos que bailan como changos te has convertido en un holgazán. No haces más que encerrarte en tu cuarto y cantar canciones que ni sabes lo que dicen. Han de ser Hijos del Diablo. Han endemoniado las mentes de los jóvenes.

¡Haber, haber!, -me interrumpió de nuevo mi cabeza-, ¿Por qué tanto alboroto si no son mas que cuatro grandes de la música?. Es lo mejor que el Universo haya podido crear. Aunque ahora que recuerdo, mi papá también se enoja que ponga “Revolution” a todo volumen.

Imagínense cómo me sentía al escuchar a mi papá decirles Changos a mis ídolos –decía el maestro con cara triste, cómo si se hubiera regresado el tiempo y estuviera parado frente a su padre, con la cabeza mirando la alfombra de bolitas, escuchando el regaño- Mi único consuelo después de los regaños de mi padre eran los Beatles. No me cansaba de escuchar "There’s a Place".

John Lennon era mi amigo, cómplice y todo. Me ponía la portada del "A Hard Day's Night", que por cierto lo compré a escondidas fuera de la escuela con un viejo que ni idea tenia de quienes eran.

La ponía a la altura de mi cabeza y me ponía a contarles todo lo que me pasaba, como si pudieran escucharme. Al maestro se le escapó una sonrisa melancólica. Recordando a sus fieles amigos.

Kilómetros y kilómetros sentí que caminé sin ninguna dirección cuando escuché en la interrupción de un partido de fútbol la noticia de que Lennon, mi ídolo, amigo, confidente…mi héroe había muerto. Salí de la casa sin avisar, sin saber a donde ir, "Imagine" daba vueltas en mi cabeza..."imagine all the people, living life in peace".

Luego de unas horas mi padre me encontró en la banqueta de una colonia que quedaba ya muy lejos de mi casa. Cuando vio mi cara humedecida comprendió mi gusto y admiración por esos cuatro hombres. Solo en ese momento me entendió.

Me puse a practicar "Anna" día y noche. Me decía a mi mismo: Por ti Lennon lo voy a hacer, tu eres mi ejemplo a seguir y el ultimo día de diciembre "Anna" salía con facilidad de mis manos y mi voz.

No me hubiera imaginado nunca lo que el profesor nos estaba contando. Nos tenía embobados con su plática y a las niñas mas sensibles las hizo llorar. Aunque muchas no conocen mas allá de "Love me Do" y confunden a George con Paul y creen que Mick Jagger es también un Beatle.

¡Oiga maestro! –interrumpió un muchacho- y cuando regresó a su casa que le dijo su papá?. Pues solo me dio un abrazo y el silencio me dijo todo - decía el maestro. Es el abrazo más sincero que mi padre me haya dado en toda su vida. Creí que me iba a regañar por perderme o a decir algo en contra de mis héroes, pero fue todo lo contrario.

Para cuando cumplí 23 años, yo estaba estudiando todavía. Mi padre estaba desempleado y había días en los que comíamos muy poco pero nunca, jamás voy a olvidar ese cumpleaños porque ese día mi novia, ahora esposa Anna, había convencido a mi padre de hacerme una fiesta sorpresa. Cuando llegué a la casa, tremendo susto me llevé al escuchar los gritos de mis amigos y de Anna que me decían ¡Felicidades! Después del susto y de tanto alboroto, salió mi papá junto con mi abuelo de su cuarto y en las manos llevaban un estuche de guitarra con un moñísimo como de regalo de boda.

¿Qué cara puso maestro? – impulsivamente le pregunté- ¿Has visto los programas en donde la gente concursa para ganarse un premio? –Sí- le contesté. ¿Y has visto la cara que ponen cuando se ganan el millón de pesos, la casa amueblada o el auto? – Claro- volví a contestar. Pues esa cara y emoción aumentada al 100%. No pudimos evitar la risa. Imaginar la cara del maestro al ver su nueva guitarra.

Rompí el moño del estuche como niño chiquito y abrí el estuche. Puedo recordar perfectamente el olor de la madera de mi guitarra. Olía a madera, a muchos esfuerzos y al cariño de mi padre y abuelo. Me hubiera gustado que mi madre viera mi cara de ganador de concurso de TV pero desafortunadamente había muerto desde hace muchos años.

Solo me levanté del sillón y abracé a mi papá y mi abuelo. Les di las gracias tantas veces como pude. Luego me acerqué a Anna que estaba sentada en la sala. Apagué el tocadiscos y con mi nueva guitarra y comencé a tocar "Anna".

Todos se quedaron callados. Mi padre imaginó que la canción no me saldría porque veía cuánto tiempo estuve practicándola y todos mis intentos eran fallidos. Pero se sorprendió cuando terminé de cantar. Anna soltó el llanto como si se hubiera ganado la lotería. Y vaya que se la ganó casándose conmigo. ¡¡Ja ja!!

Usando mi guitarra y mis bonitas palabras sacadas de poemas que me encanta leer, conquisté por completo a Anna. Le propuse matrimonio y por supuesto que aceptó. Desde entonces soy el hombre más feliz del mundo. Tengo lo necesario para vivir bien y feliz. Todo lo que me gusta y amo está cerca de mi.

Volviendo a la clase sobre Egipto, quiero que mañana me traigan un reporte sobre el capítulo… Rrrriiinnngggggg. –Sonó la “chicharra”- Vaya, tuvieron suerte esta vez, pero no crean que se van a escapar de hacer tarea en sus casas. Quiero que hagan un ensayo sobre lo que mas les gusta y ha hecho que su vida cambie completamente. Yo he compartido parte muy significativa de mi vida y quiero que ustedes me compartan la suya.

Winston Lennon John fue el titulo de una revista que llamó mi atención al salir de la escuela. Completé el dinero para la revista rascando entre las bolsas del pantalón y de las bolsitas de mi mochila hasta encontrar los benditos pesos.

¡Xochimilco!- Gritaba el señor que iba subido en el escalón del microbús. Ese es mi camión. ¡Chispas! Sólo tengo dos pesos y cobran cuatro hasta mi casa. Y ahora que hago. Caminando esta muy lejos y regresar la revista ni soñando!
Pues subí al microbús, me acerqué al chofer y le dije que si me daba “chance”. El chofer no se negó. Me fui a la mitad del microbús, metí la mano en la bolsa de mi sudadera, saqué la armónica y tomé mucho mucho aire y valor.

..."Love love me do, you know I love you I’ll always be true so please…love me do".

Y todos volteaban a verme. Ya no sabía si terminar la canción, o bajarme corriendo (además ya me había echado un buen “aventón el microbús) En eso el maestro de historia apareció en mi cabeza y su esposa Anna también. Bueno solo el nombre porque no tenía el gusto de conocerla. Recordé a los Beatles y todo eso me dio fuerza para seguir. Ah pero ahí no terminó todo. Todavía me eché un discurso diciendo que era fiel seguidora y admiradora de los Beatles y que lo único que quería era expresar mi gusto tocando algunas de sus canciones y rematando con la frase: y con lo que guste cooperar será bien recibido. Porque en realidad necesitaba para el pasaje.
La gente parecía que no les molestaba lo que cantaba y tocaba. Canté "Please please me" y "From me to you".
La gente tarareaba, los niños me veían y uno que otro movía el piecito. Recibí las monedas y ya ni pagué el pasaje porque el chofer no quiso, dijo que el no me podía dar unas monedas pero que no me cobraba el pasaje.

Zavala, tu trabajo esta muy bien hecho. Pero dime, de donde sacaste el valor para subirte al camión a cantar- Me decía el maestro al siguiente día de clases. !Pues no se, maestro¡. fue algo espontáneo y realmente funcionó. Mi ensayo era sobre lo que había vivido el día anterior, detalle a detalle lo que hice y hasta de cuánto dinero me gané en esa tarde.

Podría escribir un mil ensayos mas sobre lo que me gusta y amo en esta vida, como dice el profesor de historia. Son tantas cosas las que me llenan, las que me hacen sentir bien y que podría describir detalladamente. La primordial: THE BEATLES.


Alejandra Ramirez

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