lunes, marzo 26, 2007

Porque la industria discográfica insiste en suicidarse [parte II]

Reza un dicho: "Renovarse o morir".


A muchos les pasa, sea lo que sea (profesionalmente, como negocio o como persona). Si uno no decide cambiar, está destinado a joderse potencialmente o gradualmente. Hace unos meses escribí un articulo dedicado a el problema del negocio de la música tocando superficialmente algunos de los principales problemas los cuáles tienen al negocio en aprietos: Precios, tecnología, entre los principales puntos.

Ya hace un buen rato que no compro un disco. Y no es casualidad: No tengo trabajo y los precios prohibitivos me impiden hacerme de un disco.

La mayoria de los negocios de venta de música digital han funcionado porque le permiten a cualquiera hacerse de una canción en mp3 y escucharla tranquilamente en su iPod o teléfono (o reproductor cualesquiera de preferencia).
Frente a la posibilidad de comprar solo los tracks que más me gustan, me encuentro con un problema que trate en el post anterior y que a mi me importa en demasía: La calidad. Para la mayoría de los mortales comunes y corrientes, una canción a una calidad de 192 Kbps en formato mp3 es suficiente para satisfacer sus necesidades auditivas. No para mi: soy un hijo de la chi... y exigente. ¿Porque menciono esto? Porque aunque muchos le preveen un futuro no tan prometedor a los formatos físicos, la gente que sabe apreciar la música, sabe que el hecho de tener la música en su máxima calidad y sobre todo tenerla (literalmente) en las manos es uno de los placeres que permiten degustar completamente un trabajo bien realizado, sea un artista de primera o un artista "plastic", que de sobra tenemos. Claro que no todos somos tan apreciados, pero estos degustadores son finalmente quienes han mantenido viva la memoria y música de los más grandes exponentes en el mundo.

Tecnologías van y formatos vienen. ¿Sabes tu de lo que es escuchar un vinilo en un buen equipo de música? ¿Sabes que aparte de tus apreciados mp3, existen tecnologías que hacen que un disco suene como cuando vas a ver tu película o churro favorito? El SACD y DVD Audio son formatos físicos que explotan a su máximo lo que es la experiencia de escuchar música. ¿Tienen comparación con el mp3? NO!!! Creo que por este lado, los audiofilos y melomanos no permitirán que la música se llene de bitrates a 128 o 192 Kbps.

La respuesta está en saber que quiere la gente. Pero no toda le gente piensa lo mismo. Y no todos tienen buenos gustos (cualquiera tiene un mal día). Más allá de las preferencias de la gente o de lo que quieren las discograficas, está el verdadero amor al arte y lo que representa la música. Pero... no puedo tener siempre lo que quiero, verdad... rezan los Rolling Stones.

Mientras, mi mente ocupada ha decidido no contribuir al detrimento moral que implica participar en un robo descomunal como lo es tanto comprar un disco original de $250 pesos como el comprar un rascuacho disco de $15 pesos en la calle. No... ya no quiero más esas porquerías. Que el Señor perdone a esos egoístas, porque yo... me he enamorado de internet.

¿Cuál es tu opinión? _________________

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy interesante el tema. Les cuento que hace algunos meses publiqué en internet mi tesis acerca de la industria discográfica analizada desde el punto de vista de la distribución. En la misma analizo las distintas estrategias de distribución (digital y tradicional) para lograr el mejor equilibrio para los sellos, artistas y consumidores. Espero les guste. La misma la pueden encontrar en: http://www.freewebtown.com/polmp
saludos!